(santa rosa)


hoy llegó la santa rosa. sonó mi alarma a las nueve am y abrí un poquito la persiana, creía estar solo. la escuchaba afuera, llovía hermoso. la luz gris de la mañana entró un poquito y elegí quedarme en la cama. terminé durmiendo toda la mañana, algo me hizo levantarme, eran las doce. afuera seguía lloviendo igual que a la mañana, parecía que el tiempo se había congelado.


salí con un paraguas chiquito, me mojaba el pantalón con gotitas que me acariciaban frío. el viento me apuraba y solo pensaba en conseguir resguardo mientras esquivaba los charcos de la verdad.


ahora ya es de noche, estoy acostado y pienso en mi abuela. pienso en las plantas de maria rosa, una santita que desde otro lado sigue mirando su jardin y encargándose de regarlo abundante. como hacía ya cuando estaba muymuyviejita y enganchaba la manguera en una silla blanca de plástico que ya estaba vieja como ella. y prendía la canilla lo más posible dejando que se golpeen las hojas grandes de las hortensias y chorree hasta esconderse.


cuando se inundaba suficiente el pasto, se acercaba con sus sandalias y corría de lugar la silla, cubriendo así los cuatro puntos cardinales del edén que ella vió transformarse por más de 50 años.


ya está oscuro. salvo la lluvia, mi jardín permanece en silencio. porque le enseñé a las plantas que cuando habla mi abuela, hay que escucharla hasta que frene y dejarse empapar por sus cuentos.




 30-09-24 

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